Suposo que és la lectura del jove pensador mexicà Luciano Concheiro en el seu llibre Contra el tiempo, (2016) i també el confinament en el que vivim tots. Els planejaments sobre la acceleració i la innevitable desaparició d'aquesta. La necessitat de pensar en l'instant. Les diferents pautes que requereixen pensar el temps present i efímer de l'instant en fan recordar amb plaer els mòbils d'Alexander Calder. Ara tinc més temps en el no-temps. I observo els moviments suaus de les formes abstractes que Calder suspenia a l'espai. Ara (temps) encara (temps) m'agraden més.
Como dice Cocheiro: estamos en el bucle, en la rueda del hamster. Lástima que ahora la jaula se haya cerrado y estemos forzados a desacelerar. Pero no hay mal que por bien no venga. Y aunque estemos encerrados para evitar la rapidez de la extensión pandémica, es hora y buen momento para reconducir nuestro sorprendente universo de hechos y teorias a un mundo más calmo y reflexivo. Esta cuarentena nos lleva a un nuevo peldaño de asimilacion y meditación en lo efimero, como Jordi nos recordaba,en la obra de Calder. Pensar el mundo va a ser, a partir de ahora, más un fotograma de Béla Tarr o un instante en los ojos del bosque de Gracq. Y eso nos hará más fuertes en la espera y rizomáticos en el placer de vivi.
ResponEliminaSupongo que es muy buen momento para recuperar a Béla Tarr o a Julian Gracq, cuanto nos han regalado en tiempos de aceleración.
ResponElimina